El sector cultural abarca ámbitos muy distintos entre sí, como son el patrimonio, la literatura, el turismo, la música, el teatro, etc. Las industrias culturales y creativas suponen uno de los sectores de la cultura con más crecimiento y así se están erigiendo como un gran motor económico.
La cultura y la creatividad, en su forma de tejido industrial, son un elemento clave en el crecimiento de los países, generan un impacto positivo en la sociedad porque contribuye a potenciar el sentimiento de identidad comunitaria y genera cohesión social. Por enumerar algunos de sus aspectos más diferenciadores.
El sector de las industrias culturales y creativas está viviendo en una constante transformación, debida sobre todo a la globalización y al desarrollo y consolidación de las nuevas tecnologías. Se han borrado fronteras, se han abierto nuevos horizontes, existen unas realidades sociales y económicas nuevas y hay que adecuarse a estos nuevos escenarios culturales. Es por ello que el sector necesita de profesionales especializados, para hacer frente a los retos y objetivos que reclama.
Un nuevo escenario cultural
En los últimos tiempos, el mercado es el que define algunas de las tendencias culturales que estamos viviendo. A eso alude el concepto de industria cultural, a que se ha industrializado y este hecho viene a significar que la viabilidad del producto cultural en el mercado es un factor importante, tanto como el valor que aporta el producto a la sociedad.
La globalización de los mercados ha contribuido a que la inmensa mayoría tenga acceso a la cultura, no solo unos pocos privilegiados, pero también ha contribuido a que la oferta y la demanda sea un factor de peso en el desarrollo de proyectos, es decir, que la oferta gire alrededor del ocio y entretenimiento, satisfaciendo los deseos inmediatos del público, y ello puede derivar en el empobrecimiento de la cultura. El foco de atención se ha desplazado del creador, del artista, al público.
Retos del gestor cultural
Una de las grandes discusiones en el sector cultural es si la globalización está provocando la homogeneización cultural. De ahí que los gestores culturales tengan una responsabilidad que viene aparejada al hecho de que son creadores de cultura, cargan con la responsabilidad de fomentar el pensamiento crítico, fomentar el deseo innato de conocimiento, contribuir a que las personas formen un criterio independiente, debe promover el conocimiento de las tradiciones y, a la vez, impulsar los deseos por conocer más allá de tu propia cultura, debe generar nuevos espacios de conocimiento y entendimiento o impulsar nuevas formas de expresión.
La gestión cultural debe tener una visión panorámica del sector cultural y de la sociedad que le rodea, para ser capaz de desarrollar proyectos en los que confluyan los distintos ámbitos que un gestor cultural debe relacionar en su proyecto: sociales, políticos, territoriales y de mercado.
Si la globalización provoca la homogeneización cultural, se plantea entonces el problema de cómo evitar que se pierdan las expresiones culturales de los pueblos y, consecuentemente, perdamos el valor y el respeto a la diferencia, a la diversidad cultural, a la tradición y las costumbres de nuestra sociedad.
Como es el caso de la alfarería en España, que es una de las actividades más antiguas del mundo, pero hoy no encuentra sucesores. Es un patrimonio que está perdiéndose, y el reto es encontrar la forma de salvaguardarlo. La Unesco indica que actualmente hay 429 expresiones culturales que forman parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
¿Hacia dónde va la Gestión Cultural?
De ahí que estos nuevos paradigmas hacen que nos preguntemos cuál será el futuro de la gestión cultural. La globalización es un proceso que está en progreso y queda todavía ver qué consecuencias tendrá para la sociedad, qué oportunidades creará y cómo afectará a la cultura. Se dice que debido al uso de internet y de las nuevas tecnologías la sociedad está experimentando una crisis de valores. El gestor cultural será quien medie entre los efectos de la globalización, las nuevas tecnologías, la cultura y la sociedad; para afrontar retos, la gestión cultural necesita de profesionales que manejen herramientas y tengan competencias para desarrollar proyectos en cualquier ámbito de las industrias culturales y creativas.
Plazo de matrícula cerrado
En estos momentos el máster en industrias culturales y creativas se encuentra en proceso de actualización.
Mientras tanto, la matrícula se encuentra cerrada.
Estamos trabajando para ofrecer la mejor propuesta formativa especializada en gestión cultural. Informaremos tan pronto esté listo.